¿Cómo funciona el cerebro con las aplicaciones para encontrar pareja?

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TinderREDACCIÓN INTERNACIONAL.- Los usuarios de Tinder ven un potencial partido y si les gusta el aspecto lo deslizan hacía la derecha en la pantalla. Si no lo hacen, lo deslizan a la izquierda, y esa persona desparece.
La aplicación, que según la revista digital The Drum “es responsable de ocho mil millones de conexiones a través de 196 países”, es la más popular de su tipo en el mundo.
Pero es frecuente escuchar a las personas lamentar el tipo de comportamiento que supuestamente promueve Tinder.
Algunos titulares advierten de un “apocalipsis de citas”, que “mata” el romance, mientras que otros denuncian que está destruyendo la sociedad. Las mujeres jóvenes se quejan de que sus bandejas de entrada se llenan de imágenes no solicitadas y no deseadas de penes de extraños.
Los sitios de citas en línea también son muy populares. El sitio eHarmony tiene más de 66 millones de usuarios y se envían 7,3 millones de mensajes a través de OkCupid todos los días.
Los seres humanos han evolucionado durante más de dos millones de años para desarrollar el sistema cerebral más complejo de la existencia, y para ser en gran parte monógamos. Pero, ¿qué tan bien equipadas están las personas para hacer frente al anonimato y la amplica elección que ofrecen las aplicaciones de citas?
“Los seres humanos están programados para juzgar a las personas después de verlas en movimiento”, dice, “en lugar de a través de una mezcla de imágenes y mensajes fijos en una pantalla”.
“Es muy peligroso -no se puede decir mucho de una fotografía”, dice Brown. “El cerebro humano está preparado para tomar detalles sobre la forma en la que alguien se mueve o la forma en la que sonríe. Lo que hace lógico conocerse a la mayor brevedad posible”.
“Una persona tarda una media de tres años viviendo con alguien antes de revelar cómo es”, dice ella. Sin embargo, aplicaciones como tinder y happn, son conocidas por facilitar relaciones de corto plazo.
Y este es uno de los miedos más comúnmente expresados sobre el impacto social de las aplicaciones de citas -que la promesa de variedad ilimitada anima a la gente a perseguir la emoción de múltiples aventuras amorosas a corto plazo en lugar de trabajar en una asociación a largo plazo.
Hay evidencias que sugieren que se producen cambios químicos dramáticos en el interior del cerebro durante los primeros días de una relación.
Un estudio realizado por la Universidad de Pisa en 1999 encontró que los niveles de la serotonina -sustancia química que actua como neurotransmisor- en las personas que pasan por la fase inicial de amor romántico fueron comparables con los niveles en las que tienen el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
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